Según un estudio realizado por la revista Science Education, estos programas complementarios a la educación formal proporcionan oportunidades únicas para explorar, experimentar y aprender más allá del aula, fomentando el pensamiento crítico y la vocación científica.

En primer lugar, estos programas ofrecen a los estudiantes la posibilidad de ampliar sus conocimientos en áreas específicas de la ciencia, como la biología, la química, la física, la astronomía y muchas otras, mediante talleres, laboratorios y proyectos prácticos donde los participantes pueden sumergirse en el mundo de la ciencia de una manera interactiva y estimulante.

Además, estos programas extracurriculares promueven el trabajo en equipo y la colaboración entre los estudiantes que buscan la resolución de problemas científicos y la realización de experimentos que requieren la participación conjunta de los participantes, lo que fomenta habilidades de comunicación, pensamiento crítico y negociación. Esto les prepara para el trabajo en equipo y la colaboración que son fundamentales en la ciencia moderna.

Asimismo, estos programas ofrecen la oportunidad de interactuar con científicos profesionales y expertos en el campo a través de conferencias, visitas a laboratorios y encuentros con científicos destacados, los estudiantes pueden obtener una visión real del trabajo científico y recibir mentoría de profesionales con experiencia.

Otro aspecto relevante de estos programas es su enfoque en la experimentación y la aplicación práctica de los conocimientos, pues los estudiantes tienen la oportunidad de llevar a cabo investigaciones y proyectos, aplicando los conceptos teóricos en situaciones reales. Esto fomenta la curiosidad, la creatividad y la capacidad de resolver problemas, habilidades fundamentales en el campo científico.

Es importante destacar que estos programas extracurriculares no solo benefician a los estudiantes

interesados en seguir una carrera científica, sino que también tienen un impacto positivo en el desarrollo de habilidades transversales. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los participantes en programas de educación en ciencias adquieren habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el razonamiento lógico, que son valiosas en cualquier campo profesional.